
IZÚCAR DE MATAMOROS, Pue. – Pese a que los trabajos de restauración de Santiago Apóstol, han sido detenidos por el tema de la pandemia del Covid-19, la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural, (CNCPC) del Instituto Nacional de Antropología e Historia INAH, confían que esta escultura religiosa pueda regresar a Izúcar a mediados del próximo año.
Hay que recordar que la escultura de Santiago Apóstol, quedo dañada tras el sismo del 19 de septiembre del 2017, esto luego de que colapsar la cúpula de templo religioso que guardaba esta imagen, y cayera sobre esta escultura.
Santiago Apóstol, es una escultura que data del siglo XVI, y ante esto quienes trabajan en el laboratorio para su restauración esperan regresar pronto con los recursos suficientes para regresarle el brillo a la pieza.
Roxana Romero quien es restauradora ha sido la encargada de coordinar un equipo de especialistas en el Taller de Escultura Policramada de la CNCPC para la restauración de la pieza elaborada con la técnica de papel y caña de maíz, asimismo confirmó que se tiene la intención de que esta pieza este lista a mediados del 2021.
Dijó que estaba pensado entregarse en diciembre de este 2020, pero debido al tema de la pandemia se tuvieron que detener las labores de restauración, así como otros factores como el presupuesto, que podrían influir en el avance de la restauración.
Detalló que la restauración tuvo que parar en marzo, pero los especialistas, que han acudido al centro de trabajo para hacer el monitoreo, se dieron cuenta que el compartimiento de los materiales ha sido normal, ya que tenían temor de que los materiales tuvieran cambios drásticos, pero eso no sucedió debido a que el laboratorio tiene condiciones estables, no teniendo deformaciones en ninguna de las partes.
Cabe destacar que, a casi tres años de realizarse el trabajo de restauración, los especialistas confirmaron que los brazos y las piernas ya tienen una forma definida, incluso, antes de que comenzara la emergencia sanitaria, los especialistas ya iban a comenzar la unión entre el torso y la cabeza, es decir trabajarían sobre el cuello, una parte donde se perdió gran parte de la pieza.
Esta escultura montaba un caballo, figura que estaba empotrada al concreto de la parroquia, por lo que cuando cayó la cúpula de concreto, quedó completamente destruido.
De acuerdo a la restauradora el caballo no era de papel y caña de maíz, estaba hecho de madera, y al caer, se fragmentó por completo, ante esto es muy difícil recuperar esa escultura, ya que, si pegan esos fragmentos de madera, tal vez no se sostendría por sí mismo y significaría un riesgo.
Por lo anterior, los restauradores decidieron hacer una réplica que será de madera de cedro y algunas partes de otra clase más suave para que pueda ser tallada.
Finalmente, este equipo está en tiempo, aunque detenidos con la emisión de recursos y el trabajo por la pandemia, debido a que esta restauración es financiada por la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural, aunque se desconoce qué institución destinará los recursos para la realización de la réplica del caballo.