Por MC. HÉCTOR GATICA GUEVARA
En tiempos donde la tecnología y los videojuegos parecen tener la última palabra en el entretenimiento infantil, vale la pena voltear la mirada hacia atrás y redescubrir una de esas joyas que marcó la infancia de muchos: el Balero de madera. Sí, ese humilde juguete de apariencia sencilla, pero de alto valor artesanal y cultural, que durante generaciones entretuvo, educó y hasta sacó canas verdes a más de un niño que intentaba dominarlo.
ORÍGENES Y ARTE DETRÁS DEL BALERO
El balero no es solo un juguete; es un símbolo de la cultura popular mexicana, y más allá, un testimonio viviente de la creatividad de nuestros artesanos. Su elaboración sigue siendo un proceso manual que requiere técnica, precisión y mucha pasión. La madera, generalmente de pino o encino, se talla con cuidado hasta formar la copa y el mango. Luego viene el decorado, donde entran en juego los colores vivos y las rayas que lo hacen inconfundible.
Este trabajo, que muchos podrían pasar por alto, es una tradición que ha sido heredada por generaciones de artesanos, principalmente en estados como Michoacán, Oaxaca y Puebla. En cada pieza se plasma un pedacito de historia, identidad y orgullo. Esto nos lo comparte el artesano en Madera: José Nahin Cerino Serrano.
EL BALERO COMO HERRAMIENTA EDUCATIVA Y DE RECREACIÓN
Lejos de ser solo un objeto decorativo o de nostalgia, el balero tiene múltiples beneficios educativos y recreativos. En el área de educación física, por ejemplo, su uso estimula la coordinación óculo-manual, la motricidad fina y gruesa, la concentración y la paciencia. Y lo mejor: no necesita pilas, pantallas ni Wi-Fi.
Incluir el balero en clases de educación física y recreación escolar no solo es una forma divertida de fomentar la actividad física, también es una manera de inculcar el respeto por nuestras raíces culturales. Niños y niñas se sienten desafiados al intentar encestar la pieza de madera en el palo, pero también se maravillan al ver que, a través de la práctica, pueden dominarlo.
Además, es una herramienta democrática: no importa si eres alto o bajo, si tienes o no experiencia, todos comienzan desde cero. El balero no discrimina, pero sí enseña.
JUEGOS TRADICIONALES QUE ENSEÑAN MÁS DE LO QUE PARECE
El balero es solo uno de muchos juegos tradicionales mexicanos —como el trompo, la matatena o la cuerda— que están quedando en el olvido por la falta de difusión y práctica. Y es ahí donde padres, docentes y promotores culturales debemos alzar la voz.
Retomar estos juegos es recuperar espacios de convivencia sana, de competencia limpia y de aprendizaje significativo. Y aunque parezca que la modernidad va más rápido, la tradición aún tiene mucho que enseñar.
El comentario
Desde esta trinchera educativa y deportiva, invito a todos los docentes, especialmente de educación física, promotores culturales, padres de familia y responsables de la recreación infantil, a rescatar y dignificar el uso del balero y demás juegos tradicionales. No solo por lo que representan culturalmente, sino por el enorme potencial pedagógico que guardan. Que no se nos olvide que, antes de la pantalla, hubo una cuerda, un trompo… y un balero.
¡A jugar y a preservar lo nuestro!
- Héctor Gatica Guevara
 
Promotor del deporte, la educación y la cultura mexicana.

                                               
                    
                    
                    
                    
                    
                    
                    
							 
							 
							 
							 
