El diplomático es conocido como “el Schindler mexicano” por salvar la vida a más de 40 mil de refugiados políticos en la Segunda Guerra Mundial.
CDMX. – Mientras en Puebla esta fecha pasó desapercibida, el gobierno de la Ciudad de México rindió homenaje el día sábado 4 de julio, con motivo de su 25 aniversario luctuoso, al diplomático poblano Gilberto Bosques Saldívar (1892-1995), conocido como “el Schindler mexicano” por salvar la vida a más de 40 mil de refugiados políticos en la Segunda Guerra Mundial.
La Secretaría de Cultura capitalina realizó una cápsula audiovisual en la que muestra fotografías históricas y una breve semblanza de vida del también profesor y periodista poblano.
De acuerdo a la reseña, en 1939 Gilberto Bosques fue nombrado por el entonces presidente Lázaro Cárdenas cónsul en París, donde salvó la vida de miles de españoles republicanos, judíos franceses, libaneses y otros perseguidos durante la Segunda Guerra Mundial.
Corría el año de 1939, la República Española caía y la guerra continuaba por todo el resto de Europa. En México, el entonces presidente Lázaro Cárdenas, nombró a Gilberto Bosques cónsul general en París. Poco tiempo después de ocupar su puesto en el extranjero, Bosques fue obligado a salir de la ciudad debido a la ocupación alemana.
Con la instrucción de establecer el consulado mexicano en donde no corriera peligro y pudiera seguir operando, viajó al sur y después a la costa norte. Lo restableció primero en Bayona, pero cuando el ejército nazi ocupó la zona, tuvo que trasladarse una vez más con su familia y el consulado entero a Marsella, en el Mediterráneo, dentro de la zona del gobierno francés de Vichy.
En un inicio la misión de Gilberto era proteger a los mexicanos residentes en la Francia no ocupada. Sin embargo, también protegió a otros grupos como a mexicanos de origen libanés y a refugiados españoles que huían del régimen franquista.
Eran tantas las personas refugiadas que buscaban una visa mexicana que Bosques tuvo que alquilar dos castillos (el de Reynarde y el de Montgrand), los cuales servían como centros de asilo para los perseguidos mientras se tramitaban sus salidas hacia México. Además de recibir la protección del gobierno mexicano, les fue ofrecida la nacionalidad mexicana y las puertas de este noble país se abrieron para resguardarlos.
Elena Poniatowska, quien lo entrevistó alguna vez, escribió de él: “Un mexicano excepcional, universal, porque salvó la vida a miles de perseguidos políticos del régimen de Franco en España y del nazismo en Francia y otros países de Europa en 1939, cuando estalló la Segunda Guerra Mundial y la invasión nazi a Francia.
“Bosques es un modelo de ser humano y de diplomático. Él influyó en el general Lázaro Cárdenas, le habló de la situación de los perseguidos en la Francia de Vichy y lo convenció de que México podía y debía recibir a todos aquellos que se habían quedado sin casa y hasta sin país. Gilberto Bosques traspasó los nacionalismos para poner a México como un símbolo de solidaridad y cooperación internacional”, recordó.